martes, 5 de marzo de 2013

Champán Cóctel | Champagne Cocktails


De que todos mis lectores alguna vez brindaron con champán o algún otro vino espumante (sparkling wine) no tengo ninguna duda.


Pero no sé cuántos de ustedes habrán probado cócteles con champán; y no hablo del sencillo Lemon Champ, aquel espumante con helado de limón que servían en las fiestas de quince.


Una copa de champagne, ya sea clásica o moderna copa flauta, de por sí tira glamour. Además está el popular mito de que "el champán las pone mimosas", que no sé si es cierto porque un bartender no tiene memoria, pero sí sé que a muchas señoritas les gusta la champaña.


Y varios de estos cócteles con champán son muy ricos y tienen buenas historias detrás.


Siempre tengo en mis menús el French 75, nombrado en honor al cañón francés de 75 mm que se usó en la Primera Guerra Mundial. Es un trago sorprendentemente fresco y, como su historia lo indica, potente.

 

Gin, jugo de limón amarillo y champán, decorado con piel de limón, aunque también lo vi con cerezas (!)

Todos deberían, al menos una vez, probar el clásico Champagne Cóctel: un terrón de azúcar embebido en Angostura al fondo de la copa y completado con espumante.


En el bar que voy a abrir próximamente pienso servir varios cócteles con champán, porque son de un contenido alcohólico moderado, son glamorosos y realmente me gusta su sabor.

Casi todo con un poco de champagne se convierte en premium. ¡Y no tiene que ser complicado! El insigne cóctel de champán, el Kir Royal, es simplemente espumante con un poco de crème de cassis.


¿Otro célebre? El Mimosa: champán con jugo de naranjas. O el Strawberry Mimosa, ídem pero con puré de frutillas (fresas). Y el clásico Bellini, puré de duraznos blancos completado con espumante.

Uno que está en mi corazón coctelero es el Terciopelo Negro, mera combinación de cerveza negra stout (Guinness) y champaña. Una mezcla rara pero realmente rica. El truco está en beberlo rápido para que la consistencia untuosa persista. Si lo dejás mucho en la copa el cóctel se pone ácido.


Algunos le agregan show usando la cucharita para tirar la birra sobre el champán. Yo prefiero tirar las dos a la vez y lograr una espuma abundante, pero son solo gustos.


Las combinaciones son casi infinitas aunque, personalmente, me quedo con esa mística composición de champagne y absenta creada por el bebedor más famoso de todos los tiempos, Ernest Hemingway, que nos recuerda la bohemia de principio del siglo XX.


Death in the Afternoon (Muerte en la tarde)
1 shot de absenta en una copa que luego se completa con champaña.


Preparate uno, tomalo al atardecer y sentí como el fantasma de Ernest te va contando algún secreto.

El mío de hoy es muy simple: los cócteles con espumante llevan a tu barra un escalón más arriba y nos ayudan a introducir a la gente que bebe suave al hermoso mundo de la coctelería.

Así que pensá con qué champagne cocktail vas a sorprender a tu próximo parroquiano, amigo cantinero.

May the Cocktail be with you!
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1 comentario:

Jean el Preguntón dijo...

Un gran momento, el final de una gran noche, un Death in the Afternoon, con esas gotas de un elixir checoslovaco. Solo queda ser un agradecido a la vida por todo lo que Dios nos da cada día.
Un trago que asienta la imaginación pero sin perder la cordura. Un instante final perfecto.